Dios nunca da una visión sin otorgar, también, la provisión. Por años hemos sido testigos de la gran fidelidad de Dios, y de cómo Su Mano poderosa ha sustentado esta obra que nació en Su Corazón y trabajamos día a día para hacerla prosperar. Como parte de ese plan, Él ha despertado en el corazón de otros hermanos el deseo de sembrar con sus finanzas en esta obra. Si es este tu caso y estás aquí escuchando Su Voz y deseando sembrar con tus finanzas en el crecimiento de este ministerio, ¡muchas gracias!